Solemnidad de la Santísima Trinidad
el próximo domingo16 de junio
Conoce un poco sobre la doctrina de la iglesia sobre
la santísima trinidad
el próximo domingo16 de junio
El misterio de la
Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es
el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros
misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más
fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe".
"Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del
camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, se revela a los hombres, los aparta del pecado y los reconcilia
y une consigo. (CEC
234)
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En el contexto de la Solemnidad de la Santísima Trinidad; celebramos nuestra Fiesta Parroquial. Para lo cual la Comunidad realizará una Gran Kermesse: Tendremos variedad de
comidas, actos culturales y de esparcimiento, con el deseo de compartir un
día en Familia.
acompáñanos
Domingo 16 de junio |
Conoce un poco sobre la doctrina de la iglesia sobre
la santísima trinidad
Índice
1) Introducción.
2) Personas
trinitarias.
3) Procesiones divinas.
4) Relaciones en Dios.
5) Misiones
Trinitarias.
6) Apropiaciones o
Atribuciones en Dios.
7) Conclusión: La
Trinidad en nuestra vida.
1. INTRODUCCIÓN
Está en el Catecismo de
la Iglesia Católica (CEC), entre los números 232 a 267.
En el 234 dice que es
el MISTERIO CENTRAL de la vida del cristiano. Es la primera y más importante
afirmación de fe.
Esto nos remite a que
hay una Jerarquía en las verdades de fe, y da razón al denodado esfuerzo de
Juan Pablo II, del que es partícipe todo cristiano, por el ecumenismo, es
decir, la reunión en una sola Iglesia de todos los que creemos en Jesús, en la
Santísima Trinidad, tenemos un solo bautismo y la misma revelación en la
Biblia.
En el 235 trata del
esquema de exposición: cómo se revela el Misterio de la Santísima Trinidad (I)
(nros. 237-241.243.244), la doctrina de la Iglesia sobre ella (II)
(242.245-248) y la Misiones Divinas (III).
En el 236 llama
Teología a las misiones de Dios dentro de Sí Mismo, y Oikonomia las que realiza
fuera de Sí. La primera se refiera a Dios en Sí Mismo, y la segunda a su Plan
de Salvar.
El nro. 25l trata sobre
algunos términos filosóficos que nos ayudan a comprender este Misterio.
2. PERSONAS DIVINAS
Son 3 Personas
Distintas en una Sola Naturaleza Divina.
En el Catecismo, esto
está explícitamente en los números 232.233 y 252.253.254.
Se distinguen por su
origen. El Padre es tal porque de nadie procede y engendra al Hijo, desde toda
la eternidad. Del Padre y del Hijo, por vía de amor, procede el Espíritu Santo.
Los tres se inhabitan.
Donde está el Padre están los otros Dos, y así con cada uno. A esto se lo llama
“pericóresis” o “circumincesión”: Los Unos están en el Otro y viceversa con
cada Uno.
239: El Padre es
origen, autor. Se puede expresar también mediante la imagen de la maternidad.
242: El Hijo es
engendrado por el Padre desde toda la eternidad por vía de generación
intelectual. Se conoce y admira en Él.
243-245: El Espíritu
Santo.
246.247: Procede del
Padre “y” del Hijo (filioque).
248: La tradición
oriental: El Espíritu Santo procede del Padre “por” el Hijo.
3. PROCESIONES DIVINAS
Pertenece a lo llamado
en el número 236 “Theología” (palabra griega), es decir, al conocimiento de
Dios en Sí Mismo.
Partamos de que en Dios
hay Inteligencia y Voluntad, Conocimiento y Amor. También podríamos agregar
según San Juan de la Cruz: Memoria y Vida.
Hay dos procesiones en
el Seno de la Santísima Trinidad:
El Hijo procede del Padre por el camino de la
generación intelectual, por medio del conocer de Dios (vía intelectiva).
El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo
por el camino de la generación por el Amor, que es el camino volitivo, de la
Voluntad Amorosa del Padre y del Hijo, y ese Amor se transforma en la tercera
Persona Divina.
Estas relaciones se
descubren en el catecismo entre los números 238-248, en especial el 242 y el
246.
4. RELACIONES EN DIOS.
También pertenece a la
“Teología”, al Dios en Sí Mismo.
Hay 4 relaciones en
Dios, que se dan mediante la oposición relativa de las Personas, lo que no
rompe su Unidad de naturaleza ni la pericóresis o circumincesión, por la que
donde está Una de Ellas están también las otras Dos.
La Paternidad. Del Padre con referencia al
Hijo. Es la primera
relación.
La Filialidad. Del Hijo con referencia al
Padre, de Quien procede desde toda la eternidad por vía de conocimiento
intelectual.
La Espiración Activa. El Padre y el Hijo se
aman de tal manera que generan una Nueva Persona, el Espíritu Santo, por vía
volitiva, “espiran activamente” el Amor.
La Espiración Pasiva. Es el Amor espirado por
el Padre y el Hijo contemplado desde el Espíritu Santo. Desde Él, que recibe y
es generado, la espiración del Padre y del Hijo es recibida, por lo tanto es
una “espiración pasiva”.
Esto
también se descubre en el Catecismo, principalmente al final del número 252, y
en los números 254 y 255.
5. MISIONES
TRINITARIAS
Las
Misiones pertenecen a lo que el número 236 denomina “Oikonomia”, del griego,
que significa “Economía de Salvación”, al Plan que Dios tiene para salvar.
Por lo
tanto, éstas suceden hacia fuera del Seno Trinitario, apuntan al Plan de
Salvación y presuponen un Envío.
Hay 2
Misiones “hacia fuera”:
La del Hijo enviado por el Padre. Es la
encarnación redentora.
La del Espíritu Santo, enviado por el Padre y
el Hijo, para dar testimonio de Jesús Resucitado, recrear la Iglesia y santificar
a los hombres.
El Padre no
es enviado, pero viene al alma en gracia, tal como leemos en Jn. 14,23 y Ap.
3,20.
En el
Catecismo, esto lo descubrimos principalmente en los números 257 y 258 al
final.
(De todas
maneras, las operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas Personas, por
el misterio ya visto de la circumincesión o pericóresis).
6.
APROPIACIONES O ATRIBUCIONES DIVINAS
Tal como
decíamos al fin del bloque anterior, las operaciones divinas son comunes a las
Tres Divinas Personas, porque donde está Una de Ellas están también
inhabitándose las Otras Dos. Están “como Una metida dentro de las Otras” (la
pericóresis o circumincesión). La Trinidad tiene “una sola y misma operación”.
Por lo tanto, crean las Tres, redimen las Tres y santifican las Tres.
Pero, por
Apropiación o Atribución, se adjudica a alguna de Ellas determinada Obra: Por
ejemplo, la Creación se “atribuye” al Padre. La Redención, al Hijo. La
Santificación, al Espíritu Santo.
En el
Catecismo, encontramos este tema en los números 257, 258 y 259.
7.
CONCLUSIÓN: LA TRINIDAD EN NUESTRA VIDA
En el
número 3 de la exposición dijimos que Dios es Inteligencia y Voluntad según
Santo Tomás de Aquino. San Juan de la Cruz le agrega Memoria también, la cual
Santo Tomás la hace surgir de la Inteligencia y la Voluntad.
Para esta
aplicación espiritual tomaremos la división de San Juan de la Cruz, que nos
facilitará las cosas.
Arrancamos
de los números 259 y 260 del Catecismo, donde dice que toda la vida cristiana
es “comunión con las Tres Divinas Personas”, y que el fin último de toda la
Economía Divina (del Plan de Salvación)”es la entrada de las criaturas en la
unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad”, citando para ello a Jn. 17,
21-23.
Nosotros,
que somos imagen y semejanza de Dios, también tenemos inteligencia, voluntad y
memoria, que son las facultades superiores del hombre y hacen que nos
distingamos por ellas de los animales y que nos podamos unir a Dios.
Nuestra inteligencia se une al Conocer de Dios
en Jesús, que es el conocimiento del Padre. La inteligencia, conociendo, busca
la Verdad. Y la Verdad es Jesucristo. Y lo hace por medio de la virtud teologal
de la Fe. (Las virtudes teologales son aquellas que nos unen directamente con
Dios, que alcanzan directamente a Dios).-Cf. Rom. 5, 2ª. Por lo tanto, nuestra
inteligencia se une a Jesús, Hijo del Dios Vivo, por medio de la Fe.
Lo propio de la voluntad es amar, el amor. El
Amor en Dios es el Espíritu Santo. -Cf. Rom. 5,5. Por lo que nuestra voluntad
se une a Dios Espíritu Santo por medio de la virtud teologal de la caridad,
amando a Dios sobre todas las cosas, que es el primero y el principal de los
mandamientos.
En la memoria recreamos la vida. Pero para
unirnos a Dios tenemos que dejarlo todo y seguirlo. Por lo tanto, tenemos que
dejar entrar en ella la Vida de Dios, el Padre, que viene del futuro, y no
tener las imágenes y situaciones de nuestra historia enfermiza. Más allá de las
cosas y de las personas, está la Vida de Dios. Ésta es ya Vida Eterna, y nos
sana, nos cura, nos reconcilia y nos libera. Por lo tanto, nuestra memoria, haciendo
el “vacío” de todo lo creado, se une al Padre por medio de la virtud teologal
de la Esperanza, que nos hace penetrar en la Vida Eterna de Dios y hace que
ella penetre en nosotros ya desde ahora.
¿Cómo lograr todo esto? Sin duda, el camino es
la oración, sin descartar todo lo demás. Tiempo y tiempo ante Dios Sólo y solos
ante Dios. Lo demás, resultará muy fácil. Serás santo y podrás realizar la
misión que Dios quiere de ti en esta vida.
Pero si no
estás unido a Dios, podrás hacer muchas cosas, pero serán como golpes en el
vacío, y llenas de vanidad y de nada.
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